jueves, 31 de mayo de 2012

Entrevista con el artesano Juan Antonio Fernández en el diario Córdoba

Juan Antonio Fernández García, maestro en la talla de la madera desde hace cuatro décadas, acaba de recibir la carta de Maestro Artesano. Esta distinción, que otorga la Junta de Andalucía por segunda vez, reconoce la trayectoria de personas que han desempeñado el oficio de forma ininterrumpida durante un periodo mínimo de 15 años y acreditan méritos extraordinarios sobre la actividad.

 En su taller de Pozoblanco, explica que se introdujo en este mundo a los 16 años. Su maestro, un familiar de su madre, le enseñaba a tallar a cambio de que le ayudara en diferentes faenas. No estaba dado de alta, no cobraba, pero dice con satisfacción que aquello que aprendió hoy le permite mantener a su familia.

 --Es obligado preguntarle qué significa para usted la concesión de la carta de Maestro Artesano.

 --Es una ventaja grande, sobre todo a la hora de enseñar a otras personas. Nuestro oficio se está perdiendo porque no hay gente que lo haga y quien nos necesita no sabe dónde buscar. Sería muy bueno que estuviéramos algunos más.

 --¿Se acercan muchos jóvenes para aprender?

 --Es un oficio muy bonito que gusta a mucha gente, pero cuando se enteran del tiempo que lleva aprenderlo y el sueldo que se saca se van.

 --¿Como capea la crisis un maestro artesano?

 --Muy mal, parece mentira que esté yo aquí solo, que con cualquier cosa ya tengo faena. La talla no es que haya estado bien antes, pero nos permitía ir marchando; ahora hay que hacer de todo lo que te traigan. 

--¿Esa situación la achaca totalmente a la crisis de las economías familiares o a que la gente ha cambiado de gustos decorativos?

 --Es verdad que las modas cambian y además la artesanía siempre cuesta más dinero que lo aglomerado y lo liso. Hoy se lleva mucho lo liso y de la artesanía prácticamente se han olvidado, aunque hay todavía personas que les gusta. Me dicen que soy un artista, pero en eso se queda todo, a la hora de invertir en artesanía no lo hacen. Esta es una labor de muchas horas que encarece el trabajo, aunque nuestro sueldo no sea alto, pero reconozco que la talla es un capricho y la cosa no está ahora para ellos.

 --¿Hay algún trabajo del que se sienta más orgulloso?

 -Mi oficio me gusta muchísimo y me siento orgulloso de ser tallista. Hay trabajos que me da pena venderlos, pero no tengo una pieza favorita.

 Fuente: Diario Córdoba, 21-5-2012.

martes, 29 de mayo de 2012

El valle de la maestría

Una nueva remesa de artesanos andaluces recibió el pasado mes de abril el reconocimiento oficial que la Junta otorga a quienes con su constancia, esfuerzo y trabajo han permitido conservar (en unos casos) y promocionar (en otros) sus respectivos oficios. Tres de estos 18 profesionales son del Valle de los Pedroches y los tres pertenecen a la asociación de artesanos de la comarca, Ofiarpe. La Carta de Maestroya está en manos de Manuel Ruiz de Viana Rodríguez, de Hinojosa del Duque, con toda una vida dedicado al difícil oficio de la forja y herrería; Juan Antonio Fernández García, de Pozoblanco, que acumula cuatro décadas como maestro en la talla de madera; y el también hinojoseño Eduardo Ruiz Peñas, miembro de una familia de tradición en el trabajo de la talla de la piedra y presidente de la asociación.

 Con estos nombramientos, se amplía la lista de maestros artesanos que forman parte de la asociación, caracterizada por la diversidad de oficios que representa y por la calidad de los procesos de producción, los cuales han de ser manuales en un 75% si se quiere formar parte de Ofiarpe. Esta exigencia establece una doble garantía. Por un lado, preserva el carácter artesanal de los oficios tradicionales de Los Pedroches y, por otra, son un sello de calidad de los productos que se elaboran.

 Ofiarpe nació hace algo más de diez años con la intención de aunar intereses y esfuerzos y lograr una proyección mayor de la artesanía del Valle de los Pedroches. Su presidente, Eduardo Ruiz Peñas, asegura que el camino andado ha dado buenos frutos. "En este tiempo, los mejores resultados han sido superar la individualidad que siempre ha caracterizado al gremio y lograr tener una presencia en ferias de muestras y exposiciones", repercutiendo en la proyección de los productos del Valle de Los Pedroches.

Nuevas fórmulas

 A la unidad del gremio hay que sumar la innovación y la creatividad, como estrategia para introducirse en el mercado cotidiano. Así lo explica Ofiarpe: "El artesano hace un trabajo único que pervive en Los Pedroches, donde los viejos oficios siguen estando muy presentes en la actividad cotidiana de sus gentes". Según detalla la asociación, "forja de metales, talla en madera, trabajos en cuero, elaboración de calzado, cerámica, granito y cuchillería son sólo algunos ejemplos de la actividad que desarrollan diariamente las sabias manos de unos hombres que mantienen con su quehacer esta herencia".

 Hoy día, muchos de estos productos son empleadas con fines decorativos proporcionando un sello de calidad y personalidad a un gran número de hogares y establecimientos públicos gracias a sus valores ornamentales y a la originalidad de sus diseños. Éste es el camino trazado para muchos artesanos para diversificar su actividad, sin dejar de lado encargos que entroncan directamente con los orígenes del oficio. 

Es el caso de Eduardo Ruiz, dedicado al tallado de la piedra y el mármol, y en cuyo curriculum constan trabajos relacionados con la conservación del patrimonio, como ha sido la restauración de la Catedral de la Sierra, a la vez que realiza otros procesos, de enfoque meramente decorativo. Una línea esta última que viene desarrollando desde hace muchos años y que en su momento le valió el primer Premio Proyecto Artepiedra a la Mejor Iniciativa Empresarial.

 Se trata de uno de los pasos dados para recuperar los entresijos de un oficio que en el pasado tuvo una gran incidencia en el Valle de los Pedroches y que en la actualidad se encuentra en riesgo de desaparecer. "El futuro de estos oficios pasa por la formación, el gran problema al que nos enfrentamos los artesanos. Nosotros aprendimos junto a un maestro, durante muchos años, y recibimos conocimiento y experiencia, algo que no puede igualarse con lo que puede ofrecer un curso temporal. Si queremos recuperar esa manera de enseñar y de aprender, los maestros tendríamos que contar con ayudas de la Administración para poder pagarle al aprendiz por trabajar en la empresa y por aprender el oficio", concluye el presidente de la Asociación de Artesanos de Los Pedroches.

[Fuente: Diario de Sevilla, 28-5-2012]